Tras concluir la audiencia inicial contra 28 acusados de formar una estructura que presuntamente colaboraba con el Cártel de Sinaloa, el Juzgado de Paz del Puerto de La Libertad dictaminó que pasarían al proceso de instrucción e, inicialmente, fueron trasladados a las batolinas de El Jute, en La Libertad.
Después de seis horas en la audiencia inicial, finalmente el juez decidió que el padre de Pamela Posada, Ricardo Martínez, sería condenado a tres años por el delito de tenencia de arma. Sin embargo, se le aplicó proceso abreviado, por lo cual deberá realizar 156 jornadas de trabajo de utilidad pública, durante tres años. El cumplimiento lo verificará el Tribunal de Vigilancia Penitenciaria de Santa Tecla.
El resto de implicados, incluyendo a Posada, quedan detenidos en las batolinas de El Jute, La Libertad, y pasan a la etapa de instrucción. El fiscal del caso indicó que han pedido un período de seis meses para continuar abonando la investigación.
"Corresponde al juez de instrucción establecer un plazo. Fiscalía considera que la instrucción se irá fortaleciendo en el desarrollo de estos meses y que nos habilitan, evidentemente, a recabar más pruebas y Guatemala, que es a donde se les vincula a ellos", añadió.
Este lunes, la Unidad Especializada Antinarcotráfico de la Fiscalía General de la República (FGR) presentó el caso, e implicó a los acusados por el delito de tráfico ilícito, proposición y conspiración y asociaciones delictivas, lavado de dinero y facilitación de medios y locales para el tráfico de droga.
Entre los involucrados se encuentra Claudia Pamela Martínez Posada, locutora y ex presentadora de televisión, y José Cipriano River, ex seleccionado de Fútbol Playa. De acuerdo a la FGR, Posada conservaba dos empresas con Ana Lucrecia Muñoz Ramírez, registradas en El Salvador, las cuales aparentemente utilizaba como fachada para el tráfico de drogas.
El trabajo de Pamela constituía, según la Fiscalía, en realizar labores de apoyo logístico al proporcionar una línea para el flujo de tráfico ilegal. Estas operaciones eran dirigidas por el narcotraficante guatemalteco Marlon Franchesco Monroy Meoño, conocido por su sobrenombre como “El Fantasma”, y quien trabajaba para los cárteles de Sinaloa y El Golfo.
Mientras tanto, el exseleccionado de playa, José Cipriano Rivera transbordaba las lanchas con droga en el Pacífico. El resto de implicado corresponde a lancheros y pescadores artesanales.
Según el Ministerio Público, las investigaciones iniciaron en diciembre de 2015, aunque los imputados se individualizaron entre enero y julio de 2016 cuando las autoridades ejecutaron dos decomisos de cargamento de cocaína de 400 kilos, valorados por $10 millones. Esta red operaba en El Salvador desde 2012, efectuando entre 10 y 12 viajes de droga al año.